Les comparto esto que me llegó en un mail hace casi 10 años, uso el mismo título, su contenido sigue vigente (lamentablemente para nosotros)…

SOBRE LA PRESENTACIÓN DE CARLOS KASUGA OSAKA – DIRECTOR GENERAL DE YAKULT, S.A. DE C.V, FIRA – BANCO DE MEXICO

Trabajar en equipo es muy común en Japón, un país un poco más grande que Ecuador,  pero tiene 126 millones de habitantes, tiene los 10 bancos más grandes del mundo, tiene el índice educativo y de longevidad más alto del mundo, tiene el índice de criminalidad más bajo del mundo, y su producto nacional es igual a lo que producen Francia, Inglaterra y Alemania juntos.

¿A qué se debe esa gran productividad? Es una gran historia, en verdad, es una gran tradición. Les voy a dar unos “tips” para que sean magníficos empresarios en esta nación.

Analizando las diferencias entre Japón y Ecuador, veo cuatro diferencias importantes:
1.       La educación
2.       La religión
3.       La actitud ante la vida misma; y,
4.       La actitud ante la naturaleza

1.- LA EDUCACIÓN
En Ecuador se da mucho la educación instructiva, o sea, la educación de conocimientos. A los padres les preocupa mucho la libreta de calificaciones de la escuela de sus hijos, les interesa el 18, el 19, y el 20/20 en sus calificaciones, pero no la educación formativa, qué valores son inculcados en nuestras escuelas.

Entre los valores fundamentales que tenemos que tomar siempre en cuenta para una buena educación de nuestros hijos están:
* La honestidad, (¡no les enseñen a mentir!),
* La puntualidad, (¡una cita a las 7 p.m. no significa que es a las 8 p.m.!);  y,
* La limpieza, (¡tanto personal como de su medio ambiente!).

Esta educación se relaciona con la educación necesaria en un “empresario de éxito”, pero comprende además, cuatro pasos adicionales para ser un “empresario de excelencia”.

Los pasos son:
el bien ser,
el bien hacer,
el bien estar; y,
el bien tener.

El bien ser
Ser honesto, puntual, limpio y disciplinado. Por ejemplo, a un seminario acuden cerca de 600 personas. Si el conferencista llega 10 minutos tarde, estamos perdiendo 6,000 minutos en esta nación. Por eso no se puede jugar con el tiempo y menos con el tiempo de las demás personas.
El principio fundamental del respeto: “si no es tuyo, debe ser de alguien”. Si esta pluma te la encontraste en un escritorio debe ser de alguien, entonces devuélvela. Si te encuentras con un reloj o un anillo y no es tuyo, debe ser de alguien, devuélvelo. Si te encuentras una cartera tirada en la calle y no es tuya, debe ser de alguien, devuélvela; y si te encuentras en una fiesta una señora y no es tuya, debe ser de alguien. ¡Déjala en paz!
Y si todos respetáramos todas estas cosas, viviríamos mejor.

El bien hacer
Como los japoneses son pequeños, la maestra les pide sacar el volumen de la jaula de los  chimpancés (changos o simios) sin utilizar ningún instrumento, puro cálculo visual. Es por eso que cuando los japoneses van a cualquier exposición en el mundo, regresan al hotel, y sin cámaras de vídeo o fotografías, hacen los planos de esas máquinas y las mejoran.
Cuando van técnicos ecuatorianos a exposiciones en Hamburgo y les preguntan ¿Qué vieron?, Contestan: -un oso-, y ¿Qué tiene el oso?  Se les pregunta las medidas o el volumen, el material de los osos y no dicen las cosas con exactitud.
Haz las cosas bien. Si vas a nadar hazlo bien, y si vas a estudiar hazlo bien, y si vas a hacer el amor hoy en la noche, hazlo bien; entrégate.
Yo les digo a los empresarios: ¿Cómo te atreves a sancionar a un trabajador si llega 10 minutos tarde, mientras tu llegas dos horas más tarde y en un automóvil último modelo?

El bien estar y el bien tener
Las gentes que son un “bien ser” dan a la familia y a su escuela más de lo que recibieron, llegarán al tercer paso: el “bien estar”, y quienes siguen estos tres pasos en este orden, tarde o temprano llegarán a lograr un “bien tener”.

2.- LA RELIGIÓN
En un programa de televisión al que me invitó Ricardo Rocha, yo fungía de traductor y Ricardo preguntó: ¿cuál es la diferencia entre los trabajadores japoneses y los ecuatorianos?  Después que los japoneses terminaron de cuchichear, se levantó el jefe y dijo: Hemos visitado muchas empresas ecuatorianas y creemos que el trabajador ecuatoriano es mucho más hábil, pero el día de hoy acabamos de estar en la Villa y nos hemos dado cuenta por que las relaciones entre los obreros y la empresa son tan diferentes. Lo que vimos en la Villa, es que los dos pueblos son iguales: les gustan las peregrinaciones, las tamboras, los amuletos, los cuetes, etc., pero “ustedes van a los templos a pedir y a esperar” y en el Sintoísmo “nosotros vamos a ofrecer”.

Por eso nos hemos dado cuenta que los sindicatos ecuatorianos presentan “pliego de peticiones” y los sindicatos japoneses presentan “pliego de ofrecimientos”, ¡Pequeña pero gran diferencia!.

El pliego de ofrecimientos, ¿A qué me refiero con esto? Si fabricamos 1,000 DATSUN, ofrecemos el año entrante fabricar 1,200. ¿Qué ofrece la empresa? ¿Nada? Tenemos 5% de errores en la producción, ofrecemos reducirlo al 3% ¿Qué ofrece la empresa? ¿Nada? Y en base a esos ofrecimientos, las empresas japonesas han logrado un error 0, calidad total y “Just in Time” o “Justo a Tiempo”.
Con “pliego de peticiones” no es posible. En verdad, nada es posible. Pedimos más días no laborables, más días de vacaciones, más aguinaldo, que mi cumpleaños me lo paguen triple, etc.

3.- ACTITUD ANTE LA NATURALEZA
En cada acto importante de la vida planta un árbol: cuando se casen planten un árbol, cuando nazca un hijo tuyo planta un árbol, cuando entres a la primaria planta un árbol, antes de cualquier evento realmente importante planten un árbol.

Si tu padre y tu mamá plantaron un árbol cuando naciste, a ese árbol que tiene ahora unos 20 años, a ese árbol lo quieres. Sí, realmente sí; porque significa mucho para ti. Pero si aquél árbol lo siembra el gobierno, me importa un comino, y es el mismo árbol. Es por eso importante que cada quien hagamos nuestras propias cosas para que las amemos. Por eso, la juventud tiene que ser emprendedora. Nos quejamos de la contaminación y de la erosión de la República, pero si cada quien plantara un árbol en cada momento importante de su vida, Ecuador sería otro.

4.- ACTITUD ANTE LA VIDA MISMA
El elefante del circo levanta la trompita y ¿Por qué no se escapa siendo un elefantote?,  ¿Por qué no es libre como los otros elefantotes?

Porque le pasa lo que a muchos de nosotros nos pasó cuando estábamos pequeños. A ese elefantito de pequeño lo tenían atado con una cuerda de la patita, y él quería ser libre. Se lastimó la piernita, le sangró, y ya después le salió un callo, y no solo en la patita, sino también en la cabeza, ese callo de que “yo no puedo”, y ya no pude.

Y así hay muchos jóvenes que llegan a tener 20 años y que ya son adultos y tienen la credencial de: -tómate la foto-, y “ya no pueden” ¿Por qué es que desgraciadamente ya no pueden? Porque desde chiquitos estuvieron escuchando todos los días: eres un bruto, eres la vergüenza de la familia, eres un malcriado, siempre te reprueban.

Entonces, ese joven llega a ser grande y como el elefante, a determinada hora nada más sale a trabajar, da las vueltas que tiene que dar, ni una más ni una menos, mueve la trompita termina y se lo llevan a la paja y alguien le trae de comer. Y así son muchos empleados que nada más hacen lo esencial.
Apurados y atrasados a la hora de entrada, y esperando todo el día la hora de la salida.
¿Qué deben hacer? Que el objetivo hoy sea ser feliz y disfrutar lo que hago, prepárense para que su objetivo de su vida no sea que den las cinco de la tarde. ¡Qué triste!

Así, hay padres de familia, maestros, empresarios; que todos los días están creando fracasados, pero también hay maestros, padres de familia, empresarios y jefes que todos los días están creando triunfadores.

Es muy diferente, créanme, trabajar así. Tenemos que cambiar la mentalidad de la gente y de los jóvenes universitarios que tuvieron la dicha de ocupar un lugar en cada institución educativa, ellos son sólo el 3% ó 4% de la elite de esta nación. Tenemos una obligación con Ecuador.

Jóvenes universitarios: ¿Por qué no crean sus propias empresas? Pero no se imaginen su primera empresa con dos hectáreas de largo, ¡No! ¿No! ¿Cómo empezamos todos los empresarios? Pues tenían capital. ¡No es cierto! Yo conozco a muchos Libaneses, Israelitas, Españoles, que llegaron a esta nación, a Ecuador, con una mano adelante y una atrás, sin amigos, sin conocer el idioma y las costumbres, pero con una fe en sí mismos, en este Ecuador, y trabajaron mucho y ahora son los empresarios de esta nación.
Pero, ¿Qué pasa en el pueblo? Vean ustedes el comportamiento en el pueblo de Sangolquí; donde sea, hay la fiesta del pueblo, se celebra San Agustín o Santo Tomás, la Virgen del Quinche, el patrono del pueblo, y es casi toda la semana de pachanga. ¿Qué hacemos los Ecuatorianos? El bailongo, los cuetes y las cervezas.
¿Y los extranjeros? Abriendo desde las cuatro de la mañana sus panaderías, hasta las diez de la noche, y vean a los extranjeros trabajando y trabajando. Nosotros no, pues es día de fiesta del pueblo. ¡Cómo voy a trabajar! Me va a castigar San Francisco.

Vean la diferencia del trabajo. Vean un domingo de nosotros, ¡juega el América! las cervezas. Los anglosajones arreglando el carro, limpiando, pintando la pared, engrasando la puerta, podando. El japonés arreglando su jardín, trabajando. Nosotros no. ¡Pues es domingo! Y como hoy es domingo; ¡Cómo quieres que trabaje!

Yo hablo con mis trabajadores. Vieran lo que he aprendido de todos ellos:
gente que ha vivido en los cinturones de la miseria, gente que después se va superando poco a poco. Cada vida, de cada ser humano, es una enseñanza. La obligación del empresario, los que tuvimos la fortuna de haber estudiado, no es nada más hacer dinero. Es trabajar y trabajar, y dar educación.

¿Cuánto retira un empresario japonés en los primeros 20 años que tiene su empresa? Ni un sólo centavo. Así es como las empresas de los japoneses crecen. Cuando éstas todavía no cumplen 20 años, nosotros, no retiramos ni la parte japonesa ni la parte ecuatoriana. Es pura inversión y re-inversión.

Y quiero que entiendan futuros empresarios, que cuando los jóvenes aquí en la universidad están pensando, .. ¿Qué vamos a hacer?; es como el enamoramiento. Cuando hacen el Plan de Negocios, es la concepción. Cuando construyen la fábrica, es el embarazo. Y cuando la inauguran, es finalmente el nacimiento. Después ya tienen un bebito.

Dentro de los tres primeros años tienen que cuidarla a diario, con el único objetivo de hacerla crecer. Pero en Ecuador el 84% de todas las empresas nuevas que están, los tres primeros años los papás quieren que el bebito les ponga auto último modelo, que les ponga alfombra, aire acondicionado, muebles de caoba y una secretaria rubia y de minifalda. ¡Pues quiebra!

Después viene la adolescencia y después llegan a ser adultos. Es cuando las empresas japonesas empiezan a hacer reparto de utilidades a los socios. Así es como crecen las empresas japonesas, por eso son empresas multimillonarias y empresarios pobres. Y la diferencia de sueldo de un obrero y el presidente de la compañía, es ocho veces lo que gana el obrero del más bajo nivel.

En la pirámide de nuestra nación, no quieran hacerse ricos al segundo año con esa empresa que pueden poner. Váyanse a 20 años de plazo, métanle todo lo que ganen, denle todo a su hijo que es su nueva empresa, y verán como ésta crece se hace fuerte. Verán como se hace adulto. Si, ¿y de qué vivimos? ¿de un saludo? Pueden tener un salario, pero no la sangren.

Quiero terminar con un cuento que me contó mi padre, dice así:
Había un bosque en el que vivían muchos animalitos. De repente este bosque se empieza a incendiar y todos los animalitos empiezan a huir. Solo hay un gorrioncito que va al río, moja sus alitas, vuela sobre el bosque incendiado y deja caer una gotita de agua, tratando de apagar el incendio. Va al río moja sus alitas, vuela sobre el bosque incendiado y una o dos gotitas de agua deja caer, tratando de apagar el incendio. Pasa un elefante y le grita al gorrioncito: ¡No seas tonto! ¡Huye como todos! ¡No ves que te vas a achicharrar! El gorrioncito voltea y le dice ¡ No !, Este bosque me ha dado todo, familia, felicidad; me ha dado todo y le tengo tanta lealtad que no me importa que me muera, pero voy a tratar de salvar este bosque. Va al río, moja sus alitas y revolotea sobre el bosque incendiado y deja caer una o dos gotitas de agua. Ante esta actitud, los dioses se compadecen de él y dejan caer un tormentón, y el incendio se apaga. Y ese bosque vuelve a reverdecer y a florecer, y todos los animalitos vuelven a regresar y vuelven a ser felices, más felices de lo que eran.

Yo comparo este bosque con mi Ecuador, tal vez estemos en un gran incendio, en una gran crisis política, social, económica y moral; pero yo les pido a ustedes que todos los días dejemos caer una o dos gotitas de sudor y de trabajo. Si así lo hacen, . Ecuador se los agradecerá, .. y Dios los bendecirá.